domingo, 22 de abril de 2012

Capítulo 2


-¿Tienen ganas de hablar señoritas?
No soportaba al señor O’Rozzi, era demasiado irritante. Mandaba callar hasta a las moscas y eso podía conmigo. Y lo peor de todo, ese año, era nuestro tutor.
-Si quiere hablar podría exponer los nuevos planes del año del voluntariado señorita Waltsen. Y usted, señorita Sparks, podría recoger los votos de la elección de delegados por las clases.
-¿No puede leerlos otro? Es que eso de ayudar no me gusta mucho ¿sabe?-comenté.
-Y, ¿es necesario que me levante de la mesa? Creo que me he lesionado la espalda y me duele mucho.-dijo Abigail en tono burlón.
-Si señoritas, hagan lo que les ordeno.
-Esta se la guardo señor O’Rozzi.-dijo Abigail mientras se levantaba. Después se dirigió hacia la puerta, la abrió y la cerró estrepitosamente después de salir.
-Adelante Waltsen, deléitenos con sus palabras.
Me levanté de la mesa mientras intentaba recordar cómo funcionaban las reglas del voluntariado. Un año estuve en el grupo y fue una experiencia odiosa, jamás la repetiría. Todos eran demasiado amables, demasiado felices y amigables…Me dio escalofríos. Como bien había dicho antes, eso de ayudar no me gusta mucho.
-Pues…creo que era algo de una recogida de alimentos ¿no?
-Continúe señorita, continúe.
-Ya…¿colecta de dinero para la parroquia? Y ayuda económica para la asociación esa de…si, para esa asociación.-contesté sin tener ni idea de lo que estaba diciendo.
-¿Se refiere a la asociación contra la pobreza no? ¿Esa asociación de la que soy presidente?
-Sí, será esa.-había metido la pata.
-No sé cómo el curso la elige delegada cada año desde hace cinco. Es algo que no termino de entender. Teniendo a la señorita Iles en clase no entiendo que prefieran a nuestra querida Scarlet Waltsen.
Lucinda Iles era, con diferencia, la chica más idiota del curso. Era una zalamera y casi todos los profesores la adoraban. Imagina la típica chica bronceada y con un pelazo rubio de impresión, seguro que conoces a alguna así. Es animadora, aunque no le sirve de mucho siendo yo su capitana. Y cada año me eligen delegada. Por eso me odiaba.
-Pues verá, yo soy delegada cada año porque me eligen. Es lo que quiere el curso. Porque por mucho que usted adore a Lucinda el curso no la va a elegir como representante porque traiga tartas a todos los profesores cada viernes. Todos saben muy bien que solo defendería sus intereses. No sabe lo peligroso que es tener a una rubia de delegada.
Y después de este discursillo, toda la clase, menos Lucinda, aplaudió.
-¿Ve señor? A eso me refiero.-dije
Justo en ese momento, Abigail entró por la puerta y dijo:
-Ya estoy aquí.
-Muy bien señorita Waltsen-comenzó O’Rozzi- veamos que dice este año el consejo.
Vació la urna de votos y comenzó a contabilizar. Muy lentamente. Demasiado despacio. Todos contábamos los minutos que llevaba sacando y leyendo papeletas. Fueron unos veinte minutos para contar ciento cincuenta votos. Creo que los contó varias veces por si mágicamente aparecía el nombre du su protegida en ellos.
Carraspeó y dijo:
-Bien, este año la representante de todo el curso será la señorita Scarlet Waltsen.
-¡Sí!-exclamé- ya son seis años señor. El año que viene uno más, me iré a la universidad y adiós Scarlet! Pero las Waltsen marcamos y mi hermana Molly en dos años podrá ser delegada de su curso. Tendrá que aguantar otros siete años de mandato Waltsen porque la chica tiene madera, sigue los pasos de su hermana.-dije con una sonrisa triunfal.
Estando yo en mi momento de restregar por la cara al profe mi elección, alguien entró en el aula sin llamar, se sentó en un pupitre y dijo:
-Disculpe señor, ¿es esta mi clase?
Me giré y ahí estaba de nuevo. ‘No por favor’, pensé. Pero con o sin favor no se iba a ir. No me gustaba nadie desde los cinco años (y me molaba un oso de peluche), no me podía gustar alguien ahora. Pero era tan exageradamente guapo. Y tan sexy que me iba a resultar muy difícil. Lo bueno era que tenía toda la pinta de ser un gilipollas. De esos que se creen que están súper buenos y que son irresistibles. Pero claro, de esos hay dos tipos. Los que se creen que lo son y no lo son, y los tíos como Alexander que se lo creen y lo son, pero mejor. Mi horrible tutor me sacó del embobamiento cuando dijo:
-Dígame su nombre y le contestaré gustosamente.
-Alexander Stain.
-A ver…Alexander…Alexander… ¡Correcto! Ha venido usted al aula acertada-mierdamierdamierdamierda-.Señorita delegada, si no le importa, ¿podría hacer los honores?-más mierda.
-Oh, por supuesto. Alexander Stain, bienvenido al Regina’s College. Todos esperamos que disfrutes y aprendas entre nosotros y tengas una feliz estancia.-dije aquello como si estuviese en algún funeral.
-Gracias Scarlet, veo mucho entusiasmo en que yo me encuentre aquí.- que voz más endiabladamente tentadora.
-Tome asiento Waltsen.- dijo O’Rozzi.
Cuando se disponía a hablar, sonó el timbre que avisaba de la comida. Había estado toda la mañana en clase de ese odioso ser que era mi tutor, y me moría de hambre. Iba a girarme para decirle algo a Abigail, pero al mirar a su pupitre comprobé que la muy traidora se había largado cuando yo recogía mis cosas. Lo había hecho a posta porque sabía que Alexander me iba a hablar. Y, efectivamente, me habló:
-Honorable delegada de clase, ¿qué le parece si la invito a comer?- había acertado, era un gilipollas y se creía irresistible. Mejor para mí.
-Verás, solo como con gente que no me invita a comer el primer día que me ve en toda su vida.
-Pero yo soy Alexander Stain, conmigo puedes hacer una excepción.
-Lo recuerdo. Yo soy Scarlet Waltsen. Y por si no te lo había comentado, no me gustan las excepciones.
-Ambos sabemos que al final vas a decir que sí, así que mejor ahórrate el número de tía buena difícil y vámonos a un buen restaurante.
-Mira, te diría que no. Pero me resultas tan graciosamente ridículo que para que tengas una amiga en este horrible colegio voy a decir que sí. Pero pienso pedir lo más caro que haya en la carta, ¿entendido?
-¡Bien! No te preocupes por el dinero, pago yo.
-Por supuesto que pagas tú. Si tengo que pagar un solo céntimo, te arranco la polla a mordiscos.
-No estoy seguro de que eso sea una amenaza que me disguste.-dijo mientras esbozaba una media sonrisa.
Mientras andábamos por los pasillos en dirección a la salida, todas y cada una de las chicas nos miraban. No me resultaba raro ya que me miraban con o sin él de acompañante. Le pregunté por qué se había mudado a esta ciudad y me contestó:
-A mi madre le han trasladado.- no sé por qué pero me esperaba algo menos normal.
- Um… interesante.-contesté sin gana.-¿Y de qué conoces a Abigail?
-Es…complicado.-curioso, ella me había dicho que se conocieron en un campamento de verano.
            Pasaba de seguir hablando y me sumergí en mis pensamientos mientras seguíamos andando. Se había quitado las gafas, por estar prohibidas en clase, supongo, y pude ver que tenía unos ojos grandes y marrones. No sé por qué pero me esperaba que fueran verdes. Sus pestañas eran larguísimas, mucho más que las mías.
-Que pestañas más largas.-¿Por qué había dicho eso?
-Vaya, gracias. Yo también puedo piropear tu precioso pelo y tu espectacular cuerpo.
-No te va a servir de nada, pero no te cortes.
            Por fin alcanzamos la salida, y con ella el aparcamiento. Supongo que estaba muy interesado en llevarme a comer porque en lugar de despedirse de mí, concertar un sitio y dejar que buscase a Abigail para que me llevase en su original y viejo coche rosa, me giró hacia él por la cintura y me dijo:
-Vienes en mi coche, nada de irte sin mí. Podrías escabullirte de la comida y eso me pondría muy triste.
-Vale, en tu coche.- sé que no era muy cuerdo montarme en el coche de un tío que era mi nuevo compañero de clase, pero más adelante os desvelaré algo. La razón por la que me permito hacer este tipo de locuras.
            Pareció sorprendido ante mi respuesta. Quizá había pensado que yo estaría en desacuerdo o me resisitiría en lugar de acceder tan rápidamente.
            Nos dirigimos hacia el lado este del aparcamiento. Ahí era donde yo solía aparcar cuando traía mi coche. La mayoría de los días me traía mi madre pero era de esperar que me gustase conducir mi coche de vez en cuando. La conducción no era una de mis pasiones pero nunca viene mal alardear un poco. Aunque para alardear, su coche.
 -¿Por qué tienes un coche que vale como la mitad de los edificios de esta ciudad más los zapatos que llevo puestos?
-Pues porque mi madre tiene un trabajo, digamos, influyente.
-No te jode, y mi padre también, pero yo no tengo un jaguar negro, que por cierto es precioso. Me parece que tu y yo vamos a ser amigos.- dije con una sonrisa asomando entre mis labios.
            El coche era una preciosidad. Negro y reluciente. Las ruedas de atrás eran ligeramente más grandes que las de delante y las puertas traseras y delanteras se abrían en direcciones opuestas. Seguramente si llego a ser una experta en coches podría adjudicarle más adjetivos que expresasen su perfección y podría haber notado lo bien equipado que estaba. Lamentablemente no lo era y me tenía que limitar a admirar lo espectacular, reluciente, y sobre todo negro, que era. Ese coche se había convertido en el segundo amor de mi vida, después de mi oso de peluche.
-Oye, ¿qué te parece si dejas de admirar mi coche, te montas en el asiento de copiloto de cuero de mi coche y conduzco hasta un restaurante en mi coche?
            Monté en el coche después de que él me abriese la puerta. Le agradecí el gesto y el montó también. Cuando estuvimos instalados retomé la conversación y dije:
-Claro, vamos a comer tú, tu coche y yo. ¿Dónde me vas a llevar?
-Scarlet, te voy a llevar a un lugar que jamás olvidarás. Un lugar llamado Cielo.

6 comentarios:

  1. ¡Está genial! Si te digo la verdad cada vez que leo un capitulo me quedo con ganas de leer el siguiente. Espero que no tarde mucho en estar publicado. ¡Sigue asi!

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  2. Me gusta mucho :D
    Espero que pongas el siguiente pronto ^^
    Y si quieres pásate por mi blog: librosjuvenilesrecomendadospormi.blogspot.com
    Besos :)

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  3. Esta super bien!! Yo tambien tengo un blog y soy nueva en esto, me gustaria que pasases y me comentases!!
    http://alexanewbeginning.blogspot.com.es

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    1. Pekeñita! No sabes cuanto tiempo llevo siguiendo tu blog y la ilusión que me hace que a gente buena en el tema le guste lo que escribo! Sigue pasándote por aquí y a ver si la próxima vez que yo me pase por tu blog te comento algo! Un beso:)

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  4. :O u bog es increíble, en serio.
    Te sigo desde YAsin dudarlo para mantenerme al día de tu actualizaciones ^^
    Ademas he estado irando tu perfil y tenemos mucho en común x)
    Un beso y sigue así

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    1. Como siempre, me emociono cada vez que a alguien le gusta lo que escribo. Ya siento ir un poco lenta pero los capítulos son largos y ando muy liada pero intento seguir un ritmo aceptable! Dime que cosas tenemos en común y un día hablamos para que te conozca1 besos:)

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